Al menos seis defensores ambientales han sido asesinados en distintos países de América Latina desde que la OMS declaró la pandemia. El proyecto investigativo Tierra de Resistentes recogió una base de datos con 2.367 hechos victimizantes en los últimos once años (2009-2019) y 29 reportajes sobre la vida de quienes defienden la naturaleza. La violencia no se fue de cuarentena”. Esa frase, repetida por líderes sociales y ambientales en Colombia, es tristemente cierta en muchos países de América Latina. Al menos seis defensores ambientales han sido asesinados en distintos países de América Latina desde marzo 11, fecha en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la enfermedad como una pandemia.
Esta cifra evidencia cómo, a la preocupación de muchas de estas comunidades por la posible llegada del Covid-19 a regiones rurales con precarios servicios médicos y limitada presencia estatal, se suma la persistencia de la violencia. Esto a pesar de que una de las claves para reducir la transmisión de muchas enfermedades infecciosas es justamente, según vienen planteando varios científicos, preservar los ecosistemas como los que estos líderes cuidan y defienden. Defender las selvas, montañas, bosques y ríos de América Latina nunca había sido tan peligroso. Seis de los 10 países más hostiles para líderes y comunidades que defienden el ambiente y sus tierras ancestrales citados en el informe que el Relator Especial Michel Forst presentó a Naciones Unidas en 2016, están en América Latina. Por eso, un equipo de 50 periodistas, desarrolladores y foto/videógrafos de diez países (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Perú y Venezuela) se juntaron para indagar sobre episodios de violencia contra líderes ambientales y sus comunidades.
El resultado de este proyecto investigativo es una base de datos con 2.367 hechos victimizantes en los últimos once años (2009-2019) y 29 reportajes en profundidad.
Tomado de: Diario El Espectador