El búho rayado tiene hábitos nocturnos e inicia sus actividades al atardecer. Durante el día descansa en matorrales no tan altos y se caracteriza por ser un depredador de aves, mamíferos pequeños y algunos invertebrados. También es importante porque es considerado como un controlador de plagas. Aunque es una especie de “preocupación menor” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Tiene amenazas de accidentes en carreteras, tráfico ilegal, envenenamiento por plaguicidas, pérdida de hábitat y agresiones por percepciones y mitos relacionados con creencias negativas.
Este búho tiene un rango de distribución amplio, avacado desde el Sureste de México hasta el norte de Argentina. En Colombia, se encuentra entre los 0 y 2.600 m de altitud. En Bogotá, ha sido vista en los humedales La Conejera y Córdoba y otras áreas con vegetación nativa como los Cerros Orientales.
En caso de encontrarse con un animal silvestre, las personas deben evitar la manipulación directa, no arrojarle objetos que puedan lastimarlo, no suministrarle alimento de manera forzada y no mantenerlo en cautiverio o calidad de mascota. Tampoco agredirlos por falsas creencias o mitos.
Tomado de: Sala de prensa Secretaría de Ambiente