En el inicio del año, para ser más específicos, semanas antes de la cuaresma, las personas que profesan la religión católica, ubicadas en el Caribe Colombiano, tienen como tradición abstenerse de comer carnes como res, cerdo y de aves el Miércoles de Ceniza, Viernes Santo y los demás viernes previos a la Pascua, sin embargo, animales de la fauna silvestre ocupan ese lugar en la mesa.
Algunas de las especies que sufren en estas épocas de cuaresma son la iguana verde, las tortugas hicotea, los morrocoyes y las babillas; el consumo de los mismos, es una tradición que viene de una tribu indígena llamada Zenú, quienes cazaban estas especies para alimentarse. Lo preocupante de esta práctica actual, es que ponen los animales en riesgo, evitando una correcta reproducción y crecimiento.
No obstante, gracias a Andrés Rymel Acosta, curador de la colección biológica de herpetología del Instituto Humboldt, y al decreto 23 de 1967; se prohíbe en definitiva la caza de iguanas y tortugas en esta región, priorizando la protección y conservación de la fauna silvestre.
Tomado de: El Espectador, National Geographic