Debido a la ciclorruta por la calle 13, se retomó la exigencia de por la ampliación de este corredor logístico y de conexión regional.
Este proyecto que dejó la anterior Alcaldía incluía dos carriles por sentido para TransMilenio, dos carriles por sentido para autopista de peaje urbano, otros dos carriles de tráfico mixto para quienes no paguen peaje, ciclorrutas en cada costado y andenes, un perfil vial de 71,5 metros.
También se llegaron a comprar 286 predios, las cuentas del proyecto de ampliación apuntaban a un costo total de 3,2 billones de pesos, un poco menos de lo que costará el Regiotram de Occidente, el proyecto, quedó en manos de la alcaldía de Claudia López, quien lo incluyó en el Plan de Desarrollo.
Aunque el proyecto está en la agenda de la Alcaldía, sigue sin recursos. “El consultor que estructuró el proyecto concluyó que por peajes urbanos solo se recaudaría el 12 % del costo. Entonces, del Distrito tiene que salir el 88 % restante, explicó el director del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), Diego Sánchez, “el proyecto no tiene financiación, pero la estamos buscando” Así las cosas, el IDU, con el apoyo de la ANI y la gobernación de Cundinamarca analizarán las fuentes para financiar el proyecto.
En esas cuentas, dice Sánchez, se barajan todas las posibilidades: que del peaje Río Bogotá salgan recursos, analizar qué papel cumpliría o no TransMilenio (que, en palabras de Sánchez, “no se descarta” mientras Movilidad “hace todo el análisis de la demanda”) o acudir a regalías, contraprestaciones del aeropuerto El Dorado o recursos propios.
Lo que se detecte se presentará en la reunión de fin de mes entre las autoridades de Bogotá y Sabana Occidente, la misma que la semana pasada dio un ‘jalón de orejas’ por la congestión vehicular de la calle 13.
Redactado por: Nathaly Jiménez
Fuente: El Tiempo