Durante esta época del año, se presenta en el país la migración de diferentes especies de aves desde Norteamérica hacia los trópicos, esto por la llegada de la estación invernal en algunas partes del hemisferio norte y consigo la escasez de alimento.
Por esta razón, las aves emprenden un viaje de más de 13.000 km, llegando a Colombia y especialmente a Cundinamarca, por las rutas del pacífico, Caribe y Centro América, en busca de climas más amables, alimento y refugio.
La importancia de conservar las aves migratorias implica grandes beneficios ambientales para los ecosistemas que ocupan, así como para el ser humano y la conservación de vida en el planeta. Estas especies ayudan con la regeneración de bosques por la dispersión de semillas, y con ello la disponibilidad de agua, además son controladoras de poblaciones como roedores y polinizadoras de flores para la cosecha de frutos.
Son muchas las amenazas para las aves rapaces, varias de estas especies se encuentran en peligro de extinción, a pesar de esto, en las partes altas de San Juan de Rioseco y municipios vecinos, pobladores inescrupulosos de las veredas de Chorrillo, Honduras, Capote, El totumo, Limón y San Nicolás, emprenden cacerías nocturnas de aves rapaces, lo que evita que estas finalicen con éxito los recorridos mundiales.
Colombia es uno de los países con mayor diversidad de aves rapaces (Falconiformes), con 76 especies; la CAR Cundinamarca hace un llamado especial a disfrutar el tránsito de estas, sin realizar actividades que atenten contra su integridad.
Tomado de: Sala de prensa CAR
