Inicio Sin categoría Las papas nativas que ayudan a conservar el páramo Verjón

Las papas nativas que ayudan a conservar el páramo Verjón

4

Papas de color amarillo, rojo y morado, y flores comestibles de coliflor, brócoli, cebolla, cilantro, anís, pensamiento, caléndula, capuchina, borraja, rábano, rúgula, entre otras, habitan la novedosa y colorida finca ‘Utopía’, donde Jaime Aguirre y su familia le apuestan a conservar el páramo Verjón ubicado en los Cerros Orientales de Bogotá, con la siembra orgánica de estos productos, libres de químicos.

Este hombre, caleño de nacimiento, pero bogotano de crianza, casado y con cuatro hijos, fue antes del año 2000 el líder del departamento de mercadeo y ventas de Ford Motor Company en Colombia. Sin embargo, Jaime, de tez blanca, delgado y con una espesa barba, siempre supo que iba a terminar en el campo “Mi decisión había nacido conmigo, yo siempre supe que iba a terminar en el campo y lo hice sencillamente abandonándolo todo”, dijo.

En el año 2000 empezó a conocer sobre el cultivo de papa en la vereda Verjón de la localidad de Santa Fe de Bogotá, en el corazón del páramo Verjón y de los Cerros Orientales, donde el bosque se une con la niebla y los campesinos.

En el 2004 participó en un encuentro de semillas en La Vega – Cauca donde conoció por primera vez las semillas de papa nativa “son papas muy especiales, apenas las vi me enamoré de sus formas, sus colores, de su diversidad, sus propiedades nutricionales y me impactó el hecho de que se estuviera perdiendo esa riqueza alimentaria tan importante para el cambio climático”, afirmó. Y fue así como obtuvo sus primeras semillas y las empezó a sembrar y cuidar en su finca.

Después de tres años de un proceso de metamorfosis y transformación, empezó a investigar sobre cultivos orgánicos y bajo esta metodología sembró 10 ‘papitas’. “Cada 4 meses lo que salía volvíamos a sembrarlo y limpiábamos la semilla de plaga. Aumentamos la producción, pero era claro para mí que no podía sostener una economía a partir de cultivar papas así fueran orgánicas y venderlas en el mercado, a pesar de que tenemos buena demanda de papa fresca para restaurantes”, señaló.

Por ello, no se quedó solo con el cultivo y decidió fritarlas. Al ver lo deliciosas que quedaban, creó el modelo de negocio “Ancestrales Chips” mediante su fundación ‘Familia de la tierra’, comercializando papas rojas, amarillas y moradas. Vienen con cáscara, libre de químicos y conservan el almidón, llegando a más de 50 tiendas, universidades y restaurantes en Bogotá.

‘Familia de la tierra’ trabaja en redes de 10 a 15 familias y compran a cinco redes diferentes, es decir, cerca de 50 familias de Suesca, Sumapaz, Subachoque, Usme y Verjón, con el propósito de escalar y multiplicar que más asociaciones siembren y saquen sus propios productos. La fundación se convirtió en el mecanismo para abrir canales de comercialización para productos orgánicos, porque los únicos mercados a los que accedían eran los campesinos o verdes. También hacen parte de la red de consumo del Instituto Humboldt y proyectan la producción de pan otros productos como papa precocida congelada y vodka, en unión con el Sena.

En Colombia, una parte del cultivo de papa se desarrolla en páramos, por ello empezó a promocionar el cultivo limpio de papas nativas en los páramos, pasando de tres cultivadores a cerca de 60 en el país y cinco familias en los Cerros Orientales de Bogotá. La gran mayoría orgánicos, algunos combinan agricultura limpia con orgánica, pero ninguno es totalmente químico, o utilizan pesticidas con sello azul y elementos orgánicos.

Jaime afirma que el campesino está desapareciendo y los jóvenes no se quieren dedicar al campo, por ello están desarrollando, con un equipo de profesionales, el AGROBOT, una especie

de robot que puede escalar montañas, preparar suelos, sacar malezas, entre otros. También, con el Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia, están creando unos sensores que miden humedad de ambiente, temperatura, incidencia solar y así saber de forma más precisa cómo controlar las plagas y enfermedades.

Hacen parte del Instituto de Agricultura Orgánica Global INFOA, el cual premió a Jaime y con quienes escribieron una guía para sistemas alimentarios sostenibles. Asimismo, están desarrollando máquinas dispensadoras de papa de bajo costo para la venta de snacks saludables que incluya tubérculos como ñame y batata.

“Nos falta apoyo institucional para escalar la producción, quisiera que hubiera más relación entre la CAR y la comunidad de la reserva forestal para desarrollar con más fuerza cultivos de papa nativa. Hoy en la reserva hay más de 5 familias sembrando y vendiendo por su cuenta y funcionó cuando compramos toda la papa artesanal a 100 mil pesos el bulto, lo que valen 5 bultos de la papa tradicional y con la ventaja de no usar los químicos. El propósito es llegar a por lo menos 30 familias en los cerros orientales, explicó.

La bella, acogedora y colorida finca ‘Utopía’ hace parte del programa de Negocios verdes de la CAR desde el 2018 por la papa nativa, snacks saludables, flores comestibles y zanahorias de colores, y además fue seleccionada para un proyecto de gestión del conocimiento con la ruta gastronómica.

Mientras avanza en la articulación interinstitucional, estudiantes de colegios, universidades y extranjeros visitan la finca, donde conocen y aprenden a cuidar el páramo y demás recursos naturales, al tiempo que valoran el mercado, todo transmitido por este hombre que siempre supo que iba a terminar en el campo y que lo hizo abandonándolo todo.

Tomado de: Sala de prensa CAR