El artículo 67 de la Constitución Política de Colombia del 91, fijó algunos propósitos, entre ellos que la educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación. De otro lado, la Ley General de Educación 2 precisa que esta formación será posible mediante el acceso a los conocimientos técnicos, al desarrollo de habilidades y la valoración del mismo estudiante-ciudadano y, así mismo, uno de los fines generales de la Educación Superior es preparar al estudiante para el desempeño de ocupaciones, para el ejercicio de una profesión o disciplina determinada 3.
Esto quiere decir que la educación tiene dos funciones fundamentales; una cognitiva, que está enfocada en los contenidos y una Función formativa, enfocada en el contexto, en la vida real. Para cumplir a cabalidad con la segunda de estas funciones, la función formativa, en los niveles escolar y superior, se considera necesario realizar eventos periódicos para divulgar las competencias para la vida, generales en el nivel escolar, y específicas en la educación superior, que vienen desarrollando los estudiantes.
También, se deben identificar los cambios sustanciales que las organizaciones productivas vienen experimentando con el trabajo en redes, con el trabajo solidario y cooperativo, con el uso de tecnologías y procesos flexibles, entre otros aspectos.
En resumen, la formación de los jóvenes en la práctica del trabajo es un compromiso inmediato e indelegable de la comunidad educativa integrada por profesores, estudiantes, directivos- administrativos, padres de familia, exalumnos o egresados y la representación de la sociedad. Por esta razón, se realiza una invitación este 25 de agosto a participar en el Laboratorio empresarial, el cual es organizado por las Hermanas Juanistas de Funza y la Asociación Misioneros de la Juventud.
