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Nueva hipótesis sobre avión que en 1989 cayó en Canoas Soacha

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El periodista Felipe Romero se sumó a la controversia sobre la explosión del avión HK 1803 en 1989, y aporta una versión testimonial y documentada que tampoco es concluyente, pero mantiene las dudas del caso.

A propósito de los treinta años del suceso, las familias de quienes perdieron la vida, reunidas en la Fundación Colombia con Memoria, convencidas de que “los avances en materia de verdad, justicia y reparación han sido prácticamente nulos”, decidió aportar sus propias conclusiones. Por eso preparan un informe titulado “Narcotráfico y narcoterrorismo en el marco del conflicto armado en Colombia: una mirada desde el caso del atentado al avión de Avianca”, a través del cual ratifican su convicción de que se trató de un atentado terrorista, que ahora requiere suficientes precisiones.

Su propósito es que la Comisión de la Verdad evalúe el caso con los contextos de rigor, y que el documento permita una mayor comprensión del fenómeno del narcotráfico en Colombia y sus incidencias en el conflicto armado. Las familias tienen claro que la Comisión no está pensada para esclarecer cada uno de los casos de violaciones a los derechos humanos perpetradas en los últimos tiempos, pero sí busca un mayor debate sobre un oscuro episodio sin suficientes respuestas y, en cambio, muchos interrogantes sobre las actuaciones del Estado, el paramilitarismo y el narcotráfico.

La última está contenida en el libro Vuelo 203, revelaciones de un misterio, del periodista Felipe Romero Madriñán, que recobró el suceso para aportar una nueva evaluación de lo sucedido.

 

En medio de la minuciosa pesquisa, el texto aporta una historia paralela que apenas sale a la luz. El propietario de un bufete de abogados contactó a Federico Arellano, hijo del tenor Gerardo Arellano, quien perdió la vida en el vuelo 203, para contarle que, en noviembre de 1989, un hombre que le suministraba los tiquetes aéreos al bufete le contó que su nieto prestaba entonces su servicio militar, y que el 27 de noviembre llegó a su casa afectado porque, supuestamente, durante unos ejercicios en la industria militar se les había disparado por error un misil que impactó al avión de Avianca.

El periodista Felipe Romero le siguió la pista a esta desconocida versión, y en su libro detalla lo que sucedió cuando la Fiscalía decidió explorar esta hipótesis, lo que declaró el exmilitar, las dudas que quedaron sobre su testimonio y los aportes de terceros a la justicia para aclarar el caso. Más allá de que pueda sonar como una interpretación disparatada, lo claro es que no fue un capítulo desechado por la justicia; por el contrario, hace parte del cúmulo de versiones que dejó el suceso y que trascienden las simples declaraciones de los sicarios del cartel de Medellín.

Fuente: Elespectador.com