Son dos estructuras que hacen parte de la nueva era de la arquitectura colombiana sostenible sobre el río Bogotá y fueron diseñadas con base en la escuela ancestral del lejano oriente; con barniz y el color natural de la guadua y la madera, material con el que están hechos; techo – cubierta como pagoda china, curva en las puntas, pintada con un azul como la noche.
Buscando crear una nueva identidad en las construcciones con materiales sostenibles como guadua y madera, estos dos puentes logran transportar imágenes de lugares mágicos en Asia, como Bali o Indonesia, aquellas fotos famosas que presentan en portales turísticos en todo el mundo, pero que no están a miles de kilómetros, están en Soacha, más precisamente en las desembocaduras del río Soacha y el canal Tibanica, en el río Bogotá. Con una longitud de 32 y 42 metros respectivamente, permiten a residentes y visitantes, ver las maravillas de un cuerpo de agua recuperado, con zonas multifuncionales y verde por doquier.
Y no es para menos, desde estas estructuras de paso elevadas, que tienen mirador, se ve la zona de recuperación ambiental denominada Ogamora; las siembras de miles de árboles de especies nativas; las zonas de inundación controlada; el meandro (curvas del río), donde hay especies macróficas (junco, eneas, barbasco).
Están hechos de guadua, y el diseño también rinde homenaje al puente que está en la calle 80, occidente de Bogotá, autoría del arquitecto y maestro Simón Vélez, el colombiano pionero y referente mundial de construcciones en este material. Según él, la guadua es el “acero vegetal”, pues gracias a sus propiedades físicas y mecánicas, es una gramínea o pasto gigante, producción sostenible y de crecimiento rápido; es flexible, resistente a la compresión y tracción.
Tomado de: Sala de prensa CAR